Un Corpus lagunero señalado
por Melchor Padilla
Durante todo el día fue numerosa la afluencia de forasteros que recorrieron las calles de la ciudad de Aguere admirando las numerosas alfombras que, como sigue ocurriendo hoy, cubrían las calles por las que iba a pasar la procesión; pero entre ellos había uno que hizo que ese día del Corpus de 1929 quedara para siempre en nuestra memoria visual.
Nos referimos al fotógrafo Wilhelm Tobien. Poco sabemos de su biografía, únicamente que era alemán, que falleció en 1946 y que recorrió en los años 20 y 30 del pasado siglo muchos países de Europa -Austria, Suecia, Alemania, Bulgaria, Rumanía, Italia y las islas Azores, Madeira y Canarias- haciendo fotografías que iba publicando en distintos números de The National Geographic Magazine. De su paso por las islas tenemos constancia por las imágenes que tomó durante su estancia aquí en Tenerife, La Palma y Gran Canaria en el año 29 y sabemos por la prensa de la época que viajó desde Tenerife a Gran Canaria entre los días 10 y 12 de junio de ese año. De esos días son las imágenes tomadas por él en esa isla. Asimismo, viajó a La Palma, pero donde obtuvo el mayor número de fotografías fue en Tenerife. Contamos con abundantes imágenes de algunos rincones del valle de La Orotava y Puerto de la Cruz. En la Villa fotografió también imágenes de las alfombras de Corpus.
Es importante señalar que las fotografías de Tobien no son coloreadas a mano sino que están tomadas utilizando las placas autocromas o la autocromía, una de las primeras técnicas de fotografía en color que se conocen. Fue un procedimiento fotográfico en color patentado en el año 1903 por los hermanos Lumiére y comercializado en 1907 y resultó ser el único procedimiento en color disponible hasta el año 1935. Las que aquí vamos a comentar se publicaron en el número de mayo de 1930 de la citada revista.
Estas son algunas de las imágenes que nos han quedado de aquel día:
Vemos a un grupo de personas delante de la puerta de la Casa del Corregidor, cuya piedra aparece pintada de gris. En la acera unas regaderas para mojar las flores para mantenerlas frescas y darles más peso y que así no las arrastre el viento. Al fondo, la plaza del Adelantado y un coche que enfila la calle del Agua.
En suma, un Corpus Christi lagunero igual a tantos otros que se han celebrado en la ciudad de La Laguna desde tiempo inmemorial pero que en esta ocasión permanece en nuestra memoria gracias a las imágenes que nos legó Wilhelm Tobien.
NOTA: Las imágenes que se incluyen han sido obtenidas de la red para ilustrar un artículo que, como todos los de este blog, tiene un carácter cultural y educativo y está escrito sin ánimo de lucro alguno.