El zurrón

Cuando se iba a construir un aeropuerto en Güímar

Tenerife va a construir su campo de aviación QUE LLEVARÁ EL NOMBRE DE AEROPUERTO DE LA HIDALGA

Como se sabe, ya están determinados los terrenos en que se ha de construir el aeropuerto definitivo de Tenerife. Un campo «mil por mil» situado en la zona costera del Valle de Güímar y que afectará a los términos municipales de dicha Villa y de Arafo. Cuantas personas han visitado el terreno reconocen sus condiciones magníficas y su relativa cercanía a los núcleos de población de la isla, distancia que se acortará cuando se modifique en parte el trazado de la carretera del Sur. Esta mañana salieron para los citados pueblos los consejeros del Cabildo señores Savoie y García Martín, que negociarán la compra de los terrenos que han de utilizarse para el aeropuerto. También irán cuatro aparejadores y una cuadrilla de obreros que efectuarán los trabajos de delimitación del campo, pues los terrenos han de ser propiedad del Cabildo antes de comenzar la construcción del aeropuerto, por exigirlo así el Estado.

Mañana celebrará una sesión extraordinaria la Corporación insular, para estudiar el plan económico que ha confeccionado el interventor de 161 fondos. El Estado contribuirá con el cincuenta por ciento, y la otra mitad de la aportación la efectuará el Cabildo. Respecto al precio de los terrenos, se espera que dado el interés que para la isla entera y para los pueblos del Valle de Güímar tiene la designación de aquella zona para el establecimiento del aeropuerto, los propietarios procedan de modo razonable y patriótico, evitando que la Corporación recurra al procedimiento de expropiación forzosa por tratarse de un servicio de utilidad pública.

Otra cuestión de menor cuantía han estudiado los miembros de la Corporación. El aeropuerto de Tenerife no podía llevar el nombre de Campo del Socorro. Tiene ello un dejo alarmista que era necesario evitar, pese a los propósitos que existen de dotar de verdadera perfección todas las instalaciones. Se pensó en llamarlo campo de Chimisay, nombre guanche que corresponde a la montañeta y al barranco cercanos; pero por estar los terrenos enclavados en la zona que desde tiempo inmemorial lleva el nombre de La Hidalga, cercana al caserío de este nombre, se ha impuesto la tendencia de que nuestro campo de aviación lleve este sonoro nombre castellano, evocador quizás de alguna leyenda que nuestros historiadores procurarán poner en claro.

Tenerife dispondrá de un magnífico aeropuerto. Al fin va a ser solucionado uno de los problemas que más preocupación producía en el país. El aeropuerto de La Hidalga será digno de la importancia de la isla y no tardará en ser la estación terminal de las líneas oficiales con la Península”.

(La Tarde, 12 de septiembre de 1935)

 

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