Nuestra Señora de las Angustias, La Republicana
Uno de los ataques más violentos que sufrió la Iglesia Católica en España antes de la Guerra Civil y en plena Segunda República, se produjo durante la llamada Revolución de Asturias de Octubre de 1934. En este ataque violento, a diferencia de la anterior quema de conventos de 1931, hubo decenas de religiosos asesinados. Es el comienzo de la denominada Persecución religiosa en España del 1934 al 1937.
En 1932 se decretó la confiscación de todos los bienes de la Compañía de Jesús y su disolución. Se promulga una ley para la secularización de los cementerios, se disuelve el Tribunal de la Rota y se prohíben las procesiones religiosas.
La cita con la Virgen de las Angustias tiene lugar el mediodía del Viernes Santo y en su historia se descubre la otra cara, más política y menos religiosa, que motivó que su recorrido se conociera como la Procesión de los Republicanos. La imagen es popularmente conocida como «La Republicana» o «La Virgen Republicana» porque fue la única que procesionó después de proclamarse la república en 1931 a pesar de estar la procesión prohibida.
Salió por primera vez el Viernes Santo de 1805 recorriendo las calles San Roque, San Felipe Neri, Plaza de la Pila y calle de Malteses, Castillo, La Noria y Corazón de Jesús.
Esta procesión, «Procesión de los Republicanos» tiene su origen en la anécdota que protagonizara en la segunda década del siglo XX el que fuera alcalde accidental de Santa Cruz entre 1913 y 1915, Emilio Calzadilla, conocido republicano. Los concejales se negaron entonces a pagar a la banda de música para que participara en la procesión y el alcalde abono de su bolsillo los honorarios. La banda, muy agradecida, decidió tocar alguna pieza que fuera del agrado del alcalde, relatan que éste era muy entusiasta de Puccini por lo que se optó por el «Adiós a la vida» de la ópera Tosca y se adaptó a marcha procesional.
Ya en la Segunda República (1931-1936), la procesión ya incluía tres paradas singulares: la desaparecida librería Delgado Yumar, que se situaba entre la calle Villalba Herbás y San José: Ésta tenía una trastienda en donde se reunía un nutrido grupo de intelectuales y republicanos santacruceros en largas y numerosas tertulias. Y es donde la banda interpretaba e interpreta el «Adiós a la vida», de Tosca; y frente a los domicilios del alcalde Andrés Orozco, en la calle del Castillo, y del abogado Ramón Gil Roldán, en Teobaldo Power. Estas paradas hoy en día se siguen manteniendo.
La imagen de Nuestra Señora de las Angustias es una talla de candelero (de vestir), de estilo clasicista, que mide 1,50 metros, obra del escultor tinerfeño Miguel Arroyo Villalba, que vivió entre 1770 y 1819, acreditado artista dentro de la plástica barroca. La talla de la Virgen de Las Angustias, la realizó en los meses de 1803 y la dono en marzo del año siguiente a la parroquia de El Pilar.
La escultura es laureada con frecuencia por su gran realismo y crudeza y, aunque en su cara puede apreciarse la dureza del modelado, está considerada como una de las mejores tallas de arte religioso de la capital y la obra de mayor categoría escultórica de esta parroquia. La historia está plagada de singulares anécdotas que enriquecen el contenido artístico y espiritual de la procesión de las Angustias. Una de ellas se refiere al celo con que Arroyo cuidaba de su imagen, tanto es así, que él mismo vestía a la Virgen antes de salir en procesión y no lo hacía como se hace actualmente, sino al estilo de una mujer hebrea del pueblo, no permitía que la vistieran de otra manera.
Casualidades de la vida, de haber sido coetáneos Arroyo y Calzadilla, entre los que existe un desfase de décadas, hubieran vivido puerta con puerta.
Me ecanta esta imagen de la «Virgen Republicana», para mí en Canarias hay tres dolorosas que tienen «algo» muy especial: Ésta Virgen de las Angustias de Santa Cruz de Tenerife llamada «La Republicana», la Virgen de los Dolores de Las Palmas de Gran Canaria conocida como «La Genovesa» y la imagen de la Patrona de la isla de Lanzarote, la Virgen de los Dolores o de los Volcanes.