El zurrón

LAS FIESTAS DE LA CRUZ: fiestas de Mayo

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Cruz de la Conquista
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Urna con la Cruz en la Iglesia de la Concepción

Dicen las Ordenanzas de la Isla de Tenerife, en su título XIII,  que se refieren a las fiestas y común alegría, lo siguiente: “Muy bien parece a los pueblos el regocijo y placer a temporadas y da mucha alegría a la ciudad, y lo contrario tristeza, y como en todo el reino se tenga esto por costumbre y la qual es muy buena y loable, no es razón hacer menos en esta isla, pues los derechos quisiera favorecer la pública alegría. Por ende ordenamos se hagan fiestas y alegrías….”.

 Este fragmento de las ordenanzas recopiladas por Juan Núñez de la Peña en 1670 y realizadas por el Cabildo de Tenerife en época inmediata a la conquista, nos da una idea de la importancia que las fiestas tuvieron desde los primeros asentamientos urbanos.

Cronológicamente tenemos que suponer que la primera fiesta celebrada fue sin duda la de la Santa Cruz de Mayo, coincidiendo con el ofrecimiento de la primera misa en las costas santacruceras al tiempo del desembarco de las tropas castellanas.

Se cree que, históricamente, el 3 de mayo de 1494 se celebró en el campamento que Alonso Fernández de Lugo levantó en Añaza la festividad de la Santa Cruz, que, al coincidir su llegada con ésta fecha, a decir de Núñez de la Peña, en memoria de este santo día, originó el nombre que lleva nuestra ciudad.

Otros datos no tan rigurosos cuentan que el mismo Adelantado llevó en sus brazos la Cruz que clavó en tierra tinerfeña en el mismo lugar de su desembarco, correspondiendo al lugar que conocemos como “el Cabo”, nombre de la restinga o cabo donde se produjo la llegada de los conquistadores, en la zona del Puerto de los Caballos.

Esta es la tesis mas aceptada, producto del hecho fundacional mismo. Pero no la única ya que Santa Cruz puede derivar también de la primera advocación religiosa que tuvo su primer templo.

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La cruz en procesión por las calles de la ciudad

La primera edificación religiosa que se levantó fue la ermita de la Consolación allá por 1496, aunque luego fuera la primera iglesia abierta al culto público la fundada en 1499 y conocida como iglesia de la Santa Cruz.

Fue por tanto la primera advocación que tuvo ésta parroquia ya que antes del año 1638 siempre se le denomina Parroquia de la Santa Cruz, no por referirse al lugar de población, puesto que los documentos que la nombran hacen distinción entre el lugar y la advocación..

En la visita pastoral que el obispo Francisco Martínez realiza el 15 de julio de 1601 se lee: “….comenzó a hacer la visita en el dicho mes y año dicho de la parroquia del dicho lugar de Santa Cruz, cuya advocación es la Santa Cruz”.

 Es en el año 1638 cuando comienza a ser denominada parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, estando recogido en el documento que hace constar la visita de Diego Vázquez y Romero Coello, tesorero de la Santa Iglesia Catedral de Canaria, en esa fecha. Y desde entonces así se le sigue conociendo.

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Bando del Alcalde de 1799 con motivo de las fiestas

Hay otro documento en el archivo del Cabildo de La Laguna de 8 de julio de 1652 que dice:”…de la iglesia parroquial de Santa Cruz y fue el primer templo donde se celebraron los oficios divinos en tiempos de la conquista, entrando por ella la santa fe católica, por cuya causa, el señor Adelantado y sus conquistadores, pusieron por nombre Santa Cruz”.

 El comienzo de las fiestas.- Las fiestas que celebran la onomástica de la capital tinerfeña existen desde hace varios siglos, si bien es verdad que no con el nombre, ni la denominación actual de Fiestas de Mayo, pero sí con la de Fiestas de la Cruz.

Fue fiesta con procesión y se celebraba por lo menos desde el año 1600 siendo la “fiesta del pueblo”, día de la Invención de la Cruz. Y tuvo que ver ésta fiesta con la denominada como Cruz de la Conquista, que no parece ser leyenda ni engaño sino una verdad histórica.

Esta cruz de madera, que ha permanecido depositada en el templo parroquial de la Concepción, ha pasado por muchos y diferentes avatares y circunstancias. Estuvo durante años al aire libre en los que sufrió daños y alteraciones en su estructura y en su pedestal.

Escribe Buenaventura Bonnet que permaneció en la entrada de la ermita de San Telmo, lugar donde se supone celebró el canónigo Alonso de Samarinas la primera misa antes referida. Allí estuvo olvidada por todos hasta que por los años 1849-1850, el fraile dominico Lorenzo Siverio, visto el abandono de aquella reliquia y conociendo su importancia histórica, la trasladó a la capilla del Hospital Nuestra Señora de los Desamparados  colocando en San Telmo otra de construcción moderna.

No tardó en ser devuelta y colocada nuevamente en la ermita desde donde tradicionalmente era sacada en procesión en la fiesta del 3 de mayo.

Temporalmente también estuvo en la iglesia de San Francisco hasta que definitivamente pasó a la iglesia de la Concepción, a partir de 1896, y donde permanece hoy en día.

Los  primitivos actos festeros de que se tienen constancia se remontan a 1798 y los mismos consistieron en una misa en la Concepción, existiendo un documento que prueba la antigüedad de las mismas, ya que un bando de la alcaldía de Santa Cruz, fechado en mayo de 1798, ordena a la vecindad engalanar las fachadas y arreglar las calles para el paso de la procesión de la Cruz de la conquista.

Otro bando municipal de José María de Villa, Alcalde Real de la Plaza, hace saber a todos los vecinos de ella, como “ el viernes tres del corriente, en que la iglesia celebra la Invención de la Cruz, le tribute este pueblo los debidos cultos como a su copatrona y tutelar, por lo que, y para mas solemnidad y celebración, se habrán de poner luminarias en todas las ventanas la víspera por la noche… y encarga a todos los vecinos, seguir la procesión el viernes por la mañana, y las calles las tengan aseadas, limpias de piedras, procurando adornarlas con ramos y flores”.  Santa Cruz, mayo primero de 1799.

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Misa de campaña en San Telmo. 1890

En su vertiente popular las fiestas fueron desde el principio promovidas por iniciativa particular. Así, en 1853, se conocen fiestas con luchadas, regatas de botes, riñas de gallos, además de una feria instalada en la plaza de la Constitución.

Se recuerdan como a iniciadores de las mismas a Ramón Trujillo Ferraz, su hermano Domingo y a Félix López, y mas tarde a Elicio Padilla.

Este grupo de vecinos lograron, allá por 1870, que la Cruz de la Conquista fuera integrada de nuevo a San Telmo, y desde allí comenzaron a celebrarse unos sencillos festejos que consistían en música, paseo, iluminación y fuegos de artificios en la noche de la víspera, amen de la misa cantada el día tres. Los fondos para esos gastos se obtenían por suscripción popular y la música de los festejos la realizaba la charanga del batallón de Infantería o la banda de “La Bienhechora”.

Muy pronto el ayuntamiento cayó en la  cuenta de que, conociendo la importancia y significación de la Cruz de la Conquista, éste no gestionaba su derecho a poseerla y comenzó un litigio, en 1872, con el propósito de ejercer su derecho a mantenerla y así sacarla del olvido secular que llevaba padeciendo, ya que había permanecido tres siglos en aquel lugar de El Cabo y que, gracias a la vecindad, la cruz seguía existiendo y se habían mantenido vivas las tradiciones y festejos en su honor.

En 1887 se creó la cofradía de San Telmo y la Cruz de la que saldría una comisión organizadora de la fiesta de la Santa Cruz, titulada de la Conquista.

Como “Fiestas de Mayo” ya propiamente dichas, aunque no del todo oficiales, se celebran en 1890 durando tres días y en las que figuró una misa de campaña en la plaza de San Telmo, asistiendo las tropas de la guarnición, la guardia provincial y la marinería del crucero “Isla de Cuba”.

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Participantes en 1928

Del Cuartel de San Carlos partió una “retreta militar”; hubo baile en el casino, velada literaria en el “Gabinete Instructivo” y la procesión, con su itinerario de siempre, no pasando de la Concepción y regresando de nuevo a San Telmo.

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El cambio del pendón, en 1867.Tambor y corneta utilizados por el pregonero para difusión de las fiestas

 

Por fin, el 6 de febrero de 1892, las fiestas adquieren el rango de “oficiales” y así, el ayuntamiento acuerda “…que inspirándose en los deseos manifestados por el público y la prensa, ha acordado celebrar una fiesta anual en el mes de mayo. Para la debida organización se ha convenido en nombrar una comisión en que estarán representados el clero, el comercio, la prensa y las sociedades que aquí existan.”  El alcalde era Anselmo de Miranda y Vázquez.

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Participantes en la cabalgata de 1892

Fue este el año en que se mandó construir un estuche de madera y níquel para la conservación de la cruz, obra que realizó Rafael Fernández Trujillo y Toste y en cuya parte posterior figura el escudo de Santa Cruz y una inscripción que dice: “Aquí se encierra la cruz colocada por el conquistador de Tenerife don Alonso Fernández de Lugo, en el altar ante el cual se celebró la primera misa en las playas de Añaza, el día 3 de mayo de 1494. Fue costeada por el Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife en 1892. In Hoc Signo Vinces”.

Era la primera vez que el ayuntamiento patrocinaba las fiestas y aquellas tuvieron como principal atracción la presentación, por parte de Felipe Verdugo, de un foco de luz eléctrica en la plaza de la Constitución, utilizando la dinamo y la máquina de vapor que poseía Nicolás Díaz.

Se dispuso por parte del Capitán General José López Pinto que los días 1, 2 y 3 se izara el pabellón nacional en los puestos y dependencias militares, autorizando la “retreta militar”, disponiendo que a la procesión cívica concurrieran un cabo y ocho guardias provinciales de la sección montada y una compañía del batallón de cazadores de Tenerife nº 21, con banda y música, para custodiar el Pendón de la Ciudad, y que, a la procesión de la Cruz de la Conquista, le diera escolta un piquete del mismo batallón con banda de cornetas, y que acudiesen todos los jefes y oficiales francos de servicios.

Calles de Santa Cruz engalanadas para las fiestas de 1892
Calles de Santa Cruz engalanadas para las fiestas de 1892

Entre los festejos populares estaban aquellas divertidas y pintorescas “cucañas” del muelle y de San Telmo, embadurnadas de cebo que hacían de la chiquillería casi imposible el subirse por ellas y disputarse el premio: unas buenas treinta pesetas. El festival musical, fue celebrado en la plaza del Príncipe, siendo Juan Padrón su principal organizador y en donde intervino la orquesta Santa Cecilia y el Orfeón Tinerfeño, a la vez que las dos bandas de música de La Laguna. Además participó una agrupación de guitarras y bandurrias que interpretaron aires de la tierra. Por la noche en el Teatro Principal se realizó, a cargo de palmeros residentes en Tenerife, el Baile de los Enanos,  junto con un desfile bailando por las calles y plazas de la ciudad, con una copla popular : “ De Mayo en el festival- con esta “Danza de Enanos” – dan prueba los palmesanos – de su afecto fraternal” y una cabalgata con el desfile de figuras alegóricas en carros engalanados y un baile popular en la plaza de la Constitución, cerraban el denso programa de las fiestas de mayo de Santa Cruz.

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Carroza engalanada
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Carroza desfilando por Santa Cruz

Desde entonces las fiestas siguen vigentes. La Cruz de Mayo, que recorre junto con el Pendón de la ciudad las calles de la capital en solemne procesión, con tradición de más de  cinco siglos de historia,  nos debe hacer pensar en mantener la tradición de las que fueron fiestas mayores de Santa Cruz.

Datos tomados de Las Fiestas de Mayo de Manuel Perdomo Alonso
 

Exposición en la sociedad Santa Cecilia en las fiestas de 1892

 

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