Dejaré una vela encendida
Dejaré una vela encendida
para que alumbre tus recuerdos
las cosas que nunca hicimos
las que quedaron dentro,
batallas de historias perdidas
perfumes de otros momentos
rugidos, cantos, tambores,
también algunos silencios.
Dejaré una vela encendida
para no morir por dentro
y reconstruir con cuidado
lo que hoy echo de menos;
vivir con lo que has dejado
un vacío completo,
lleno de chistes malos,
historias, batallas, recuerdos.
Déjame una vela encendida
para que termines de contarme el cuento.
Dios, me veo reflejada en esta poesía, esa vela la tengo que conseguir para mi, dónde la podré conseguir, dónde la venden, yo sé lo que es un vacío que no se llena con nada ni con nadie, un vacío que te cambia la vida sin darte cuenta de ello.
La vela, está en tu interior, es una luz de esperanza, un brillo de felicidad, un todo de paciencia, de lo que te recuerda a esa persona y te hace sentir que sigue en un rinconcito de tu interior.
Gracias.
Es precioso…creo que se ajusta a cualquier sentimiento…de un ser querido, una historia sin acabar, una luz de esperanza…que nunca se apague esa vela!!
A veces y tan solo a veces, la luz que vuelve a surguir hace un amago por apagarse y tan solo a veces la oscuridad llega de forma inevitable. Te echo de menos.
Sabes que las brasas, a veces, parecen apagadas, pero con soplar un poquito, surge el fuego en todo su esplendor.
El fuego tiene un tiempo de vida limitado, tras el cual sólo queda lo que nosotros queramos que quede, «los recuerdos».
Tu recuerdo.
Tengo el pensamiento en ti,
Tu cara, tus manos tan lejos de mí.
Tu voz en mi recuerdo,
Tus palabras, tus consejos en mis sentidos,
Y tus abrazos en mi alma y mi alma contigo.
¡Que no daría yo por volver a sentirlos!