Villancico, publicado en «Falange» el 24-12-1936
¡Vamos, pastores, vamos!
¡Vámonos a Belén!
¡A ver en aquel niño
las glorias del edén!
Yo, pobre gitanillo,
al Niño le diré,
no la buenaventura,
¡eso no puede ser!
Le diré me perdone
lo mucho que pequé,
y en lo mansión eterna
un ladito me dé.
Ese precioso Niño,
¡yo me muero por Él!
Sus ojitos me encantan
y su boquito también.
¡La Madre le acaricia
y el Padre mira en Él,
y los dos, extasiados,
contemplan aquel ser!