1793. La creación del Batallón de Canarias

El 31 de Diciembre de 1792 se publica el Reglamento(1) para el Batallón de Infantería que debía crearse en Santa Cruz de Tenerife

Debían componer su Plana Mayor un Comandante, un primer Ayudante que ejercería las funciones de Sargento Mayor, un segundo Ayudante, un Tambor Mayor, un Maestro armero, un Pífano primero y otro segundo.

Y cada una de sus cuatro compañías la formaban un Capitán, un primer Teniente, un segundo Teniente, un Subteniente, un Sargento primero, cuatro segundos, seis Cabos primeros, seis segundos, tres Tambores y ciento  treinta Soldados.

El Comandante debía ser un Teniente Coronel vivo y efectivo; el primer Ayudante y los primeros Tenientes, Capitanes graduados, y el segundo Ayudante sería un Teniente vivo y efectivo.

Debían incluirse en este batallón las tres compañía de Infantería veterana existente en la Isla y las Partidas sueltas que hasta ese momento se habían encargado de la instrucción de las Milicias. Los Oficiales de estas Compañías que se integrasen en el Batallón no necesitarían nuevos Reales Despachos y tanto ellos como los demás individuos que no se reemplazasen seguirían en el batallón en calidad de agregados.

Se determinó que el uniforme sería “casaca, chupa, calzón y botón blanco, vuelta, collarín y vivo encarnado y se suministraría cada treinta meses“.

Constaba el uniforme de los Sargentos de:

“casaca , chupa y dos pares de calzones de paño 22no con forro de estameña 16na en la casaca, y de lienzo crudo ó blanco en chupa y calzones, divisa de grana de clase 22na botón de metal blanco mas fino que el de los Soldados , con dos charreteras de estambre para los de primera clase, y una para los de segunda; faldriqueras de lienzo en la casaca por la parte de adentro, tapa y charreteras de paño en los calzones con botones iguales á los de la chupa; dos camisas de lienzo blanco con vueltas y pecheras, dos corbatines de terciopelo negro, un sombrero entrefino con galón de plata de una cara y escarapela de cerda, un gorro de quartel de paño 22no con la cifra ó divisa bordada, un par de zapatos de cordovan, un par de medias de ahuja de hilo de lino ó de estambre de tres hilos, una espada con puño de latón y cordon de estambre , un portaespada de ante con evilla de latón, un portafusil de ante con botones de madera, una cartuchera, una mochila, un par de botines, un juego de evilias de metal para zapatos, charreteras, y corbatín, cinta de estambre, y lazo de seda para la coleta”.

Y el de los Cabos y Soldados se componía de:

casaca, chupa y dos pares de calzones, con vuelta y cuello de paño 18no forrada la casaca en estameña 14na la chupa y calzones en lienzo correspondiente, boton de estaño, divisa de galon de estambre en la casaca de Cabos, una faldriquera interior de lienzo, tapa y charreteras en los calzones con boton igual al de la chupa, dos camisas de lienzo, dos corbatines de cinta de estambre, un sombrero de lana con galon de estambre blanco, y escarapela encarnada de estambre, un gorro de quartel de paño blanco, el frontis con la divisa bordado el nombre del Batallón, un par de zapatos fuertes, un par de medias de hilo de cáñamo de ahuja, un portafusil de ante con botones de madera, un portavayoneta con evilla de latón, una volsa cartuchera con correa de ante y evilla de latón, una mochila de lienzo fuerte, un par de botines, un juego de evillas para zapatos, charreteras y corbatín, cinta y lazo para coleta

Evidentemente el corte de las prendas era el mismo para los Sargentos y Soldados variando solo en la calidad de los materiales empleados en su confección.

A los Tambores

se les dará el mismo vestuario que á los Soldados con guarnición de franja de la Casa Real, portacaja guarnecido de la misma franja con borlas y cordones iguales; y al Pífano su portapífano y casacon de lienzo á todos con alhamares; y al Tambor mayor vestido de la clase de Sargento, guarnecido de franja de seda, espadín con cinturón de ante y evilla, una caja de latón y las demás de madera pintadas; bien entendido, que el uniforme de éste y de los Tambores y Pífanos debe ser azul como el de los demás del Exército“.

Se le dieron también “dos Vanderas; en el centro de la una bordadas las Armas Reales, y en el de la otra la Cruz de Borgoña, y en los quatro ángulos de cada una bordadas las Armas de las Islas”.

El medio vestuario, que se daría cada quince meses. constaba de una camisa y un par de calzones para cada plaza.

En cada vestuario se entregarían la tercera parte de espadas, cinturones portafusiles , cartucheras , cajas de madera, mochilas y hebillas; y las banderas y cajas de latón se sustituirían cada diez años.

Para la construcción de los sucesivos vestuarios y menajes se entregarían al batallón 10 reales y 10 maravedíes mensuales por plaza efectiva en revista en concepto de Gran Masa.

Unos meses después una Real Orden(2), concretamente de 19 de mayo de 1793, modifica el corte de los uniformes. Dice así:

El Rey ha resuelto que todos los individuos de los Cuerpos de Infantería, exceptuados los Oficiales, usen en adelante de casaca corta, de un chaleco en lugar de chupa, y que se dé á cada uno para su abrigo un poncho de paño pardo; pero sin que haya variacion en los colores, divisas, cabos, ni prendas de los uniformes respectivos que ya están señalados á dichos Cuerpos; y que á proporcion que vayan devengando sucesivamente sus vestuarios, se arreglen en su construccion á esta Real determinacion. Lo aviso á V.S. de órden de S.M. para su cumplimiento en la parte que le toca. Dios guarde á V.S. muchos años. Aranjuez 19 de mayo de 1793

Es lógico suponer que los uniformes del batallón se construirían de acuerdo con las instrucciones de esta Real Orden.

El reglamento indica que:

siendo incompatible á la uniformidad el color azul, que tienen las Compañias con el blanco que debe usar el Batallon, quiere el Rey se les subministre los vestidos correspondientes al número de plazas de que ha de constar su fuerza

E indica como enajenar el vestuario sustituido para beneficio de la Real Hacienda.

Se debían entregar 588 fusiles nuevos con sus bayonetas, “que es la fuerza del completo del Batallon, excepto Tambores y Pifanos” y se establecía la cantidad mensual que debía entregarse al batallón para la sustitución del armamento cuya vida se estimaba en ocho años.

También se establecía la cantidad de pan y leña que debían entregarse por plaza concretándose diariamente por plaza y en especie en 24 onzas de pan y 40 onzas de leña o 24 de carbón para guisar los ranchos, excluyéndose del cómputo las plazas presentes en el Hospital.

Podemos atisbar la vida diaria de estos soldados con las comodidades que el reglamento contempla:

A las Compañias de les dará por cada veinte hombres una luz para que se alumbren de noche, subministrándole para ello un belon o lámpara con su mechero, y cuatro onzas de aceyte diarias en los meses de Octubre, Noviembre, Diciembre, Enero, Febrero y Marzo, y los restantes á 3, y sino hubiese aceyte se compensará con velas suficientes que duren toda la noche.”

A cada Individuo se le dará una cama completa de tres tablas, dos banquillos, dos sábanas, una manta, un cabezal y un gergon llenos de paja, que se deberá renovar todos los años, y mudar las sábanas todos los meses.”

“A cada Compañía se les dará dos mesas para comer los ranchos, con sus caxones, quatro bancos de asiento, y dos tinas ó tinajas para tener agua.”

“Igualmente gozarán de los mismos utensilios quantos Individuos tueviere el Batallon destacados ó comisionados en asuntos del servicio en las demás Islas, subministrándoselos en los parages que estuviesen empleados.”

Tambor y fusilero del Batallón de Canarias.

Para la reconstrucción del corte de los uniformes nos hemos basado en el Estado Militar gráfico de 1797 existente en la “Vinkhuijzen collection of military uniforms” de la New York Public Library. La pintura de la caja es puramente especulativa aunque acorde a las costumbres de la época, con el cuerpo del color de la divisa y el escudo de las Islas como adorno.

Fuente: la desaparecida página Los ejércitos del Rey: https://web.archive.org/web/20180203112753/http://losejercitosdelrey.es/1793-la-creacion-del-batallon-de-canarias/

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