El Maestro D. Benjamín Jimenez Miranda (Semblanza)
Desde su primera edad demostró don Benjamín J. Miranda excepcionales aptitudes para los estudios, que estuvieron a cargo del venerable Párroco don Manuel Ildefonso Esquivel, de grata recordación para los habitantes de este nuestro pueblo natal. Ya un mozalbete, quiso ampliar aquellos primeros estudios, y, a tal efecto, solicitó se le diera clase gratuita en la Escuela que, en 1846, regentaba don Francisco Pérez o el maestro Frasquito, como vulgarmente se le decía en aquella época.
Elevó instancia a la Junta Municipal de instrucción pública y ésta denegó su petición fundándose en que no era pobre, pues disfrutaba una modesta mensualidad que apenas satisfacía las necesidades de su manutención; por lo que, el hoy anciano don Benjamín J. Miranda, en quién ya bullía la idea de dedicarse a la carrera del Magisterio, subió los primeros jalones de la empinada cuesta del calvario de su profesión.
Desde esta fecha, y por tal contrariedad, empezó a sufrir la pesada carga de la resignación, tan peculiar en cuantos se dedican a la enseñanza; logrando por fin, y a duras penas, dar satisfacción a sus deseos; hasta que, para honra del Magisterio Nacional, consagró a él su vida entera dando a la provincia de Canarias hijos ilustrados en todos los ramos del saber.
Fué entonces auxiliar de la Escuela pública que regentaba don José Bernardo González, por acuerdo que tomó el Ayuntamiento en sesión de 24 de Diciembre de 1857, asignándole como remuneración anual, la suma de 1.500 reales.
Continuó sus estudios durante los cursos de 1864 a 1865 y de 1865 a 1866 y aprobó en la Normal de Maestros de la ciudad de San Cristóbal de la Laguna, las asignaturas para optar al título de Maestro elemental de primera enseñanza.
En los días 10. 11, 12 y 13 de Julio del año 1867 practicó los ejercicios de reválida para obtener el titulo de Maestro Superior de primera enseñanza; que le fué expedido por el Excmo. Sr. Ministro de Fomento, con fecha 26 de Abril de 1868.
En este mismo año, después de lucidos ejercicios, ganó unas oposiciones a Escuelas de 560 escudos de dotación anual, que se celebraron en Santa Cruz de Tenerife en los días 30 y 31 de Enero y 1º de Febrero del repetido año.
Ya en pleno ejercicio profesional, fué visitado, con fecha 3 de Junio de 1872, por el Inspector de 1ª Enseñanza, que lo era D. Tomás de la Concha; quién consignó en su libro de visitas la gran satisfacción que experimentó al encontrar en tan alto grado de adelanto a los alumnos de la escuela regentada por el Sr. Miranda; clasificándola como una de las primeras de las Islas.
En 17 de Octubre del mismo año recibió visita del Inspector don Antonio Hernández Rojas, que hizo las mismas manifestaciones que su antecesor.
El 26 de Junio de 1873 y 4 de Febrero de 1874 fué visitado por el Sr. D. Ramón Luís y Sánchez, también Inspector de 1ª Enseñanza, mereciendo tan laudatorias manifestaciones de satisfacción por el grado de adelanto de sus discípulos como por el buen orden y estado de la Escuela.
A propuesta de la Junta Provincial fué nombrado maestro interino de esta Escuela de niños con fecha 24 de Diciembre de 1877; nombramiento que fué aprobado por el Rectorado de la Universidad Literaria de Sevilla en 20 de Enero de 1878 tomando posesión de la Escuela, como Maestro propietario, en fecha 16 de Noviembre de! año siguiente 1879.
En este mismo año, el inspector de 1ª Enseñanza don Gregorio Perera Delgado calificó su Escuela como modelo entre las visitadas; calificación que repitió con encomio, en su segunda visita, girada en 21 de junío de 1880.
También mereció idéntico calificativo al Inspector don Rodrigo de la Puerta y Vila en sus inspecciones llevadas a cabo en 4 de Junio de 1883 y 12 de igual mes, pero del año 1893.
Por escalafón de Julio de 1894 fué clasificado en la primera clase de Maestros y se le concedió el aumento gradúal de 125 pesetas anuales.
E! propio Señor de la Puerta y Vila, en su visita de 15 de Mayo de 1902, hizo constar una vez más la laboriosidad demostrada por el abnegado Maestro don Benjamín J. Miranda y confirmó que su Escuela era la primera de! Archipiélago canario.
Continuó el desempeño de su Ministerio hasta el 31 de Enero de 1903, fecha en que fué jubilado por el Estado y por este Municipio que hoy, con justo acuerdo le tributa este homenaje este homenaje de gratitud y coloca, para estimulo de generaciones presentes y futuras, el retrato del viejo venerado, en el aula de la escuela que tantos años regentó y dá su nombre respetado y querido a una de las calles de su pueblo.
De sus alegrías y sinsabores participaron, durante el curso de su ministerio, los que fueron sus ayudantes. don Amaro Riberol y Briganty, don Narciso Reverón Oramas, don José Garcia Estrada y don Pablo Marrero y Brito, que hoy regenta la escuela que fué objeto de sus mayores desvelos.
Todo el culto que rindió a su carrera, de la que hizo un sacerdocio, merece algo más que este homenaje; merece la gratitud del bien recibido de quién, como este anciano y venerado maestro, consagró a nuestra educación, cinco décadas de su vida.
Francisco P. Montes de Oca García. 29-09-1918