Fiestas de San Telmo, enclave de historia y leyenda por Melecio Hernández Pérez

EL BOQUETE, como antaño se conocía a la ensenada llamada hoy San Telmo, al este del litoral de la ciudad, conforma uno de los centros más interesantes desde el punto de vista histórico y paisajista. Pocos lugares como éste definen mejor el mapa del pasado y del presente Puerto de la Cruz. En la caleta, entre la llamada zona del Infierno y el Pris, se acunó el fondeadero del Rey en un ámbito de legendario simbolismo. Del rugiente mar surge el grito indómito de la fiera oceánica, mientras que el Pris -deformación de Proís- es el risco que servía de amarre a las embarcaciones. No menos representativos son los bajíos, su flora y fauna; la cueva de San Telmo y los charcos nominales, la zona de baño y un largo etcétera.

Los cimientos del convento levantado entre el mar y el viejo camino real son socavados por el rodar continuo de los cilindros marinos de azul y espuma, con un efecto sonoro de murmullo de rezos que parecen salidos de una legión de voces dominicas hecha jirones en los arrecifes. En una de sus celdas expiró la poetisa Fernanda Siliuto, a quien llevaron a sepultar al anochecer flanqueada por antorchas que engarzaban encendidos versos de mujer romántica y enamorada que el pueblo convirtió en leyenda; en el mismo edificio conventual nació el prestigioso poeta Luis Rodríguez Figueroa. A la medianoche, el mar y el ex convento dialogan entre arreboles, mientras la silueta de un fraile penitente se tiñe de rojo al estallar en cien lenguas de fuego el candil azotado por el aire que envuelve y devora el cenobio, su iglesia y la casa de los Montemayor. Entre las cenizas de barro y sal se fundieron en un haz de luz la imagen de san Telmo y el corazón que a su muerte le fue extraído a Juan de Montemayor y depositado en un nicho del camarín de la virgen del Rosario, de la que en vida y muerte fue su esclavo.

¿Se llamó penitente al embarcadero de su nombre por fray Felipe Ferrera, causante involuntario del trágico incendio que, como un alma en pena, los soñadores dicen ver vagar entre el mar y las paredes conventuales? Lo que sí es real es el asentamiento del muelle El Penitente, que recibió a los vapores que llenaban sus bodegas con los frutos de la tierra y desembarcaban los turistas ingleses. La imagen de una gran grúa en el olvido como esqueleto dinosáurico marcó la frustración del infructuoso sueño portuario de los portuenses.

La fuerza que impulsó la devastación del convento de Santo Domingo está presente en el mirador, en la Punta del Viento, de lucida panorámica, que atrapa a los transeúntes con el embrujo de las olas persiguiendo las rocas para vestirlas de blanco gaviota. Tal vez entre las aves que rozan el mar algunos arrecifes se hayan transmutado perdiendo su inmovilidad para remontar el vuelo azul. ¿Qué extraño cíclope envuelve la furia marina que resopla y late incluso bajo los cimientos de la iglesia parroquial desde el fondo de su garganta volcánica? Próximo al manriqueño Lago Martiánez, y sobre una mole basáltica, está el sentir de un pueblo cristiano. Allí, en la planicie donde estuvo la batería artillada, se yergue la ermita del patrón de los marineros y de los muchos devotos de san Telmo. Es un paraje de encuentro que compendia y simboliza las tradiciones y la historia del enclave costero que, por junio, se rinde a los pies del santo. De ahí la razón de las rescatadas fiestas de San Telmo con rango de antigua tradición en el calendario festero de Puerto de la Cruz.

Los actos culturales y deportivos tienen por escenario el mar y la terraza donde un clima inmejorable propicia el desarrollo de los mismos con sabor a yodo y sal, siendo muy significativa la representación de la gente menuda que hace las delicias de los naturales y turistas.

Las fiestas en honor a San Telmo se celebrarán durante los días 17, 18 y 19 de junio, siendo de destacar la apertura con el acto del nombramiento de la madrina y distintas actuaciones musicales que se prolongarán en los días sucesivos a cargo de prestigiosos grupos y el desarrollo de diversos números lúdicos y concursos acuáticos, además de exposiciones de canaricultura y repostería, entre otras de interés. Para el último día está reservada la celebración de la eucaristía en honor del santo patrón de las fiestas en la ermita de San Telmo, siendo deseo del barrio de La Hoya, en próximas ediciones, sacar en procesión la venerada imagen.

11 de octubre de 2008

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