La casona de Tío Pino

por Melchor Padilla

Si desde el mirador de Vista Bella dirigimos nuestra mirada hacia la zona de Santa Cruz que se halla entre la montaña del Lazareto y la refinería, podremos distinguir en medio de los edificios modernos de la zona de Tío Pino una gran casona de principios de siglo XX. Es conocida como la casa de Sixto Machado y tiene tras de sí una historia cuando menos curiosa.

Diseñada, al parecer, por el arquitecto vallisoletano Mariano Estanga de acuerdo con los planteamientos estéticos de la época, el eclecticismo y el historicismo, es una casa cuya planta está formada por dos cuerpos rectangulares que se unen formando una V muy abierta, en cuyo vértice se levanta una torre.
La entrada a la mansión se encuentra en su lado nordeste y se accedía a ella mediante una escalinata de mármol con barandilla de balaustre.

Hasta hace pocos años el edificio se encontraba en estado completamente ruinoso, con sus entradas tapiadas para evitar la presencia de intrusos y las dependencias de la que fue hermosa mansión ocupadas por innumerables palomas.No obstante, el Ayuntamiento de Santa Cruz decidió incluir el edificio dentro del programa de obras públicas del gobierno central a cargo del Fondo Estatal de Inversión Local o Plan E, adjudicándose para su restauración una cantidad de más de 2,8 millones de euros. El edificio, una vez restaurado, alberga las dependencias de la Escuela Municipal de Música de Santa Cruz.

Una antigua imagen nos la muestra en todo su esplendor. Sola, en medio de lo que en aquellos tiempos eran fincas agrícolas, es un ejemplo de las residencias campestres de las grandes familias tinerfeñas. En esa época era conocida con el nombre de El arca de Noé pues, en las tierras que la rodeaban, su propietario introdujo una gran cantidad de especies animales exóticas, cebras, gacelas, pavos reales…

Pero, ¿quién era este Sixto Machado, propietario de la casa de Tío Pino? A nuestro entender se trata de una de las figuras locales más desconocidas e interesantes de finales del siglo XIX y principios del XX. Según narra José Luís Machado Carilla en un bosquejo biográfico que pueden leer completo más abajo, en la zona de los archivos adjuntos, Sixto Machado nació en La Orotava en 1882. A los quince años se trasladó a Londres, donde estableció una empresa, con sede en Covent Garden, de importación de frutas y verduras desde las islas. Se casó con una inteligentísima mujer, María del Socorro Domínguez Arce, que por su preparación académica se convirtió en una eficaz colaboradora en los negocios de su marido. No se trataba en cualquier caso de una persona rica por su familia, sino de un hombre hecho a sí mismo a base de tesón y trabajo.

En 1914, motivos de salud lo obligan a abandonar sus negocios y se retira a vivir a Tenerife, donde desplegó una ingente labor renovadora en la agricultura local. En sus fincas introdujo los últimos adelantos tecnológicos del momento. Un episodio relevante en la historia personal de nuestro personaje, que el profesor Oswaldo Brito, en su Historia del movimiento obrero canario, cataloga de propietario moderado y paternalista, es el intento de mediación y establecimiento de un pacto social entre obreros y patronos con motivo de los conflictos laborales de los años 20 siguiendo el modelo fabiano o pactista. Aunque no se llega a un acuerdo, los dirigentes sindicales reconocen la buena voluntad de Sixto Machado. Fallece en Londres en 1942.

A mediados del pasado siglo, la casa pasa a convertirse en cuartel de la Comandancia de la Guardia Civil momento en el que se introducen cambios que alterarán su organización interna. A partir de su abandono por este cuerpo armado comienza un proceso de deterioro que la llevará al ruinoso estado en el que se encontraba antes de su restauración.

En el año 2001, el Cabildo de Tenerife, incoa un expediente de declaración de Bien de Interés Cultural,con categoría de Monumento, a la casa de Sixto Machado pero, por alguna inexplicable razón, el Gobierno de Canarias deniega la concesión en el año 2008 al considerar que este edificio no reunía las condiciones para ser declarado BIC y así poderse acoger al programa de protección de bienes regional.

Nota: Quiero mostrar mi agradecimiento a don José Luís Machado Carilla por su interesante y completa aportación biográfica sobre la figura de Sixto Machado.

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