Apuntes históricos sobre la Semana Santa portuense

El Calvario antiguo

Hasta el año de 1760 estuvo el Calvario frente al Convento de San Francisco, siendo trasladado más  tarde al sitio que ocupa en la actualidad. El antiguo tenia una balaustrada de tea, de típica construcción colonial, la cual habia sido costeada por su fundador, don Juan Grimaldi de Franchy. Más tarde, por suscripción popular, se le puso cielo raso y se embaldosó su piso que era de  tierra. En el lugar que había ocupado, esto  es, en la plazuela de San Francisco, el nieto de don Juan Grimaldi, de nombre don Juan Máximo de Franchy, edificó unas lonjas, que más tarde pasaron a ser propiedad de la familia de Chaves.

 

El monumento de Jueves Santo

El monumento del Jueves Santo
El monumento del Jueves Santo

El magnífico monumento del Jueves Santo, que se custodia en la Iglesia Parroquial, se debe al inmortal pintor don Luis de la Cruz y Ríos, que lo ejecutó en 1808, siendo Alcalde Real de su pueblo. Está sin  terminar y terriblemente descuidado, por lo que, dentro de poco, desaparecerá si no se le restaura por una persona experta en la materia. Representa el sepulcro de Cristo, al cual prestan guardia, en un extremo, dos soldados romanos portando banderas blancas y unos escudos que representan uno, el sol, y el otro, Moisés con las Tablas de la Ley. Detrás, y a ambos lados, dos evangelistas; luego un pequeño bastión pintado de azul, que lleva con letras en dorado la siguiente inscripción: «HOC EST CORPUS MEUM». Dos ángeles de seis alas custodian dicha inscripción, y un poco más arriba aparece el lugar, cerrado por una puertecita, con una Hostia pintada sobre cristal, donde se guarda el Vaso Sagrado que contiene el cuerpo de Cristo. Todo esto está rematado por un grandioso sol, rodeado de cabezas de angelotes, imitando mármol y pintado sobre madera y lienzo.

El gran historiador portuense Alvarez Rixo nos dice en sus anales correspondientes al año 1808: «En este año de 1808 don Luis de la Cruz y Rios fué Alcalde Real de este Puerto, y en este mismo año pintó el bonito y significativo monumento de Semana Santa de nuestra Parroquia, aunque no está acabado, y, en 1809, los
cuatro hermosos cuadros de pasajes de la vida de Cristo que se hallan en el alfar del Gran Poder de Dios».

El Cristo Difunto
El Cristo Difunto

El Cristo Difunto

Antiguamente salía esta procesión del Convento de San Francisco, pues la imagen fué hecha para dicho Convento por el escultor lagunero Domingo Pérez Diónis. Al regresar la imagen, después de recorrer procesionalmente las calles del pueblo, se la bajaba al sepulcro que existía en medio del altar mayor, con gran estruendo de martillazos, al tiempo que un fraile, desde el pulpito, hacía grandes aspavientos que ocasionaban trastornos a los fieles, muy particularmente a las mujeres, las cuales caían desmayadas o presas de ataques nerviosos.

En el año de 1889 cuidaba de esta escultura y del Cristo de la Humildad y Paciencia el entonces mayordomo de San Francisco, don Juan González Martel.

El maravilloso paño que cubre en la actualidad al Cristo Difunto en la urna, es obra de las monjas del ex Convento de las Nieves.

 

La Dolorosa de Luján

Dolorosa de Luján Pérez
Dolorosa de Luján Pérez

Fué hecha esta  imagen, llamada antiguamente del Retiro, para el Convento de San Francisco, donde se custodiaba hasta el año de 1838, en que pasó a la Parroquia, siendo colocada en una hornacina del altar del Gran Poder, o séase donde se encuentra enla actualidad. Era mucha la devoción que se sentía por esta maravillosa imagen, como lo demuestra la siguiente estrofa que cantaba la devoción popular:

«El Puerto de la Orotava
tiene muy buenos padrinos,
que lo es el Poder de Dios
y la Virgen del Retiro.»

El altar que perteneció a dicha imagen en la iglesia de San Francisco, y que en la actualidad ocupa el Cristo de la Humildad y Paciencia, fué donado por el alférez don Gregorio Martín de Aguiar, y costó 7.000  r s. antiguos, según hace constar en su testamento hecho en el año de 1772  ante Pedro Miguel Gutiérrez, quien tenía además al pie del mismo altar su sepultura, la cual desapareció cuando hicieron la reforma del piso de dicho templo.

Para colocar la imagen del Retiro tuvieron que hacer una reforma a la hornacina, y al mismo tiempo la policromaron y añadieron la siguiente inscripción que aun existe. Al centro: «O vos ornes qv Transitis Perviam atendite et videte»; a la izquierda: «Si est Dolor Similis»; a la derecha: «Si cui Dolor Meus».

El altar fué restaurado, desapareciendo en la restauración parte de la primitiva  pintura. Sólo en la hornacina se conservan, en  parte, los viejos dorados.

Don Juan de Contreras, marqués de Lozoya, en el tomo IV de la «Historia del Arte Hispánico» nos dice referente a esta imagen lo siguiente: «Pocas representaciones de la Madre Dolorosa en la riquísima imaginería hispánica tienen la fuerza patética de la imagen de vestir del Puerto de la Cruz en Tenerife». Y en el número 18 de la «Revista Geográfica Española», en su articulo titulado «Los grandes imagineros españoles»,  añade: «Si la Dolorosa de Salzillo, en la cual la expresión de amargura viene a acentuar las cualidades de una belleza perfecta, tiene en tierras hispánicas algún rival, será la Dolorosa de Lujan Pérez, en la iglesia del Puerto de la Cruz, en el paisaje paradisíaco del Valle de la Orotava».

 

Año de 1873

Leamos lo que nos dice Alvarez Rixo de la Semana Santa de este año de 1873, en que se proclamó la primera república española: «Semana Santa bastante concurrida, pero sin más sermón  qe. el del miércoles santo qe. el predicador don Manuel Picar, Beneficiado del Realejo Bajo, se ocupó elocuentemente contra los modernos ateístas. No hubo clérigos que pudiesen venir a predicar. También ha ocurrido la novedad  qe. las procesiones, incluso la de la mañana de Pascua, qe. siempre iban pr. las calles de Santo Domingo hasta dar vista al muelle, este año las han acortado y bajado pr. la calle de Quintana y subido pr. la de las Cabezas (hoy de Blanco) a dar vuelta  pr. la plazuela de Concejil y la calle de San Juan. Llevaron músisa de aire del Realejo Bajo. El Alcalde 1º con el 2º asistieron a las funciones».

 

Año de 1874

En este año el Domingo de Pascua hubo buena función religiosa y procesión porque estaba el día muy sereno y alegre.

 

Año de 1878

Sigamos con Alvarez Rixo: Abril, 19, viernes, por la mañana temprano, en que salió de la Parroquia la procesión del Mandato, que es el Cristo Crucificado, de cuya imagen cuidaba y es su devoto y agradecido don Felipe Pérez; éste dispuso qe. dicha procesión al verificarse su curso por las calles de costumbre lo hiciese también alrededor de nuestra grande plaza del Charco, ya que hoy día está tan aseada y arbolada. A todos pareció bien el lucimiento adquirido por esta innovación; y la tarde se repitió también en la procesión del Señor Difunto, y ambas procesiones tuvieron música de aire de aficionados de los Realejos; con bastante concurrencia de fieles. El día 21, Domingo de Pascua, sucedió lo propio con la procesión del Resucitado, por la mañana, a cuyo efecto las más de las casas desplegaron sus cortinas de damasco encarnado, que hacían un lucido conjunto entre los adornos blancos y dorados utensilios eclesiásticos y el verde alegre de las cuatro hileras de árboles  qe. decoran dicha plaza «.

 

Año de 1879

«Abril, 6, Domingo de Ramos. No fué el Ayuntamiento a la función religiosa. Semana Semana poco lucida a causa de las lluvias».

 

Año de 1880

«Marzo, 23. Por la noche función y procesión de la Humildad y Paciencia, la cual fué reconducida a San Francisco con iluminación, mucha concurrencia y música. Dia 24. La función del Poder de Dios, según costumbre, la cual, por haber salido tarde necesitó luces pa. continuar la procesión. Día 25, jueves. Por la noche estuvo lloviendo con aire S. O., pero el día siguiente amaneció muy claro y pudo salir la procesión del Cristo Crucificado. Las procesiones hasta el día de Pascua estuvieron muy concurridas y los oradores excelentes, en particular don N. Fariña».

 

Año de 1881

«Abril, 10. La Semana Santa estuvo muy concurrida con acólitos en la Parroquia y el Jueves Santo y Domingo de Pascua, en el coro, acompañó con el piano una señora hábil aficionada y por la mañana asistieron a la función religiosa dos pobres vestidos y calzados decentemente por otros tantos vecinos caritativos y hubo lavatorio de pies por la tarde del jueves, ejecutado por el Bble. Párroco. El domingo, por la tarde, se quemó un agigantado y tosco Judas en medio de la Plaza del Charco, con grande concurrencia y  algazara de la gente de campo, y por la noche música y fuegos artificiales.

 

Antonio RUIZ ALVAREZ

Abril de 1951.

 

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