Cantaban el La Palma a ritmo de sirinoque.
Pásense los novios de acá para allá
que las relaciones se van a cantar.
EL: “Debajo del delantal
tienes un tintero negro.
Déjame mojar la pluma,
que soy escribano nuevo.”
ELLA: “Este tintero esmerado
me dio mi padre de finca
y me la puso un candado
pa’que no gaste la tinta.”