Ritual de curación de las lombrices – 1900

«Colócase al paciente boca abajo, se le unta la espalda con la sangre de la cresta de una gallina negra ó mejor un gallo y se le pasa rapando una navaja de barba hasta que al operador le parezca que ha echado sangre bastante, cuya sangre proviene de las cabeza de las lombrices cortadas; luego debe tomar una dosis de polvo de  santónico 3 gramos, echados en leche por la mañana en ayunas durante cuatro días.» (Extracto de A través de las Islas Canarias, de Cipriano de Arribas y Sánchez, 1900.)

Sin duda el ritual de los cortes es una suerte de subyugación al poder del Yerbero, un acto de fe, fe necesaria para curarse, porque su poder reside en sus manos, en su conocimiento, pero sobre todo es un «don» de Dios.

La inmensa superstición asociada o quizás provocada por la ignorancia de las gentes, unidas a un ritual que acrecienta por su espectacularidad el carácter mágico del tratamiento, hacen ignorar el hecho de que el santónico está documentado como remedio para las lombrices desde la época de los griegos, llegando a ser llamado hierba mata lombrices.

Esa superstición hacía acudir a los Yerberos en busca de remedios, de alivio de sus males, originados en su ignorancia, por demonios o espíritus que los asolaban. El Yerbero cura su temor con un ritual, inútil y ridículo a nuestros ojos, y sana su cuerpo con los remedios que conoce; aunando en sus curas magia y conocimientos ancestrales. Cura el alma y el cuerpo.

La medicina actual es mucho más eficiente en sus remedios farmacológicos para curar el cuerpo, pero dejan el alma, entendiendo el alma como la parte emocional, para el psicólogo o el psiquiatra. Quizás deberían de aprender esta parte de los Yerberos, el «ritual» es tan importante como el remedio.

Aunque tampoco hay tanta diferencia, antes todo eran demonios, espíritus, hechizos, ahora son «virus que andan».

Alejandro Carracedo Hernández

P.D.: Por supuesto no pido que los médicos realicen sacrificios ni cortes indiscriminados, me refiero al hecho «mental» de cualquier cura.

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