Cantos de trabajo

Pensamiento

Inocencia perversa con sed de amor,
acallas tus libélulas mensajeras
con el hambre de mis besos,
mordiendo con ansia
mis ojos insaciables de caricias.
Curvas y curvas y después curvas de pasión,
recorres mi cuerpo con guantes de mil dedos,
te miro y me pierdo en el infinito finito de tu piel.
Sigo las constelaciones de tu espalda,
dibujo galaxias en la cima de tus pechos
a mitad de camino entre tus labios.
Acaricias con susurros mis manos,
olvido quien soy por momentos,
me deshago y compongo,
jugando con el mecano de tu sueños,
no se lo que soy ni quien eres
sólo que cuando me miras
.
.
.
muero.

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